Cuando mi mente ya no puede mas
de todo lo que piensa y mezcla todo,
digo una oración, pidiéndole a alguien superior que se lleve toda esta confusión
a una fuente.
Y como
acto de fe
un poco autoimpuesto
suelto y
dejo que las aguas resuelvan.
Sino tengo la opción más mundana;
la adicción a alguna serie de tv.
Mad men, por ejemplo,
tres, cuatro capítulos al hilo.
Y lloro y río y como
algo dulce.
Y crocante.
Después veo todo eso que me pasaba con distancia.
Y el neocortex ejerce
su función.
Separa los miedos de los deseos.
Se acerca al punto de conflicto.
Y registra si la sensación es
en la panza, en el pecho,
en la cien…
A partir de eso hago algunos asanas de yoga, o ioga.
O salgo
a correr.
Y uno se da cuenta que todo pasa
y que como dicen los budas
nada es permanente.
Autorremedio.
El cielo o la tierra.
El cielo y la tierra.